Cada 14 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Energía, una fecha instaurada en 1949 con el propósito de generar conciencia sobre la importancia de un consumo energético eficiente y sostenible. En un contexto de crisis climática y creciente demanda de recursos, esta jornada invita a reflexionar sobre la necesidad de impulsar fuentes renovables y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
El consumo de energía está directamente vinculado al uso de recursos naturales, muchos de los cuales son limitados y su explotación genera un impacto ambiental significativo. Por ello, especialistas en la materia destacan la importancia de adoptar medidas que favorezcan un uso más responsable, tanto a nivel individual como en el desarrollo de políticas públicas.
En este sentido, la energía solar, eólica e hidráulica se presentan como alternativas clave en la transición hacia un modelo más sustentable. En Argentina, diversos programas han sido implementados con el objetivo de diversificar la matriz energética y fomentar el desarrollo de tecnologías limpias.
Además del Día Mundial de la Energía, otras fechas como el Día Mundial de la Eficiencia Energética (5 de marzo) y el Día Mundial del Ahorro de Energía (21 de octubre) refuerzan la importancia de avanzar hacia un consumo más equilibrado y respetuoso con el medioambiente.
En un mundo donde la demanda energética continúa en ascenso, la conmemoración del 14 de febrero se erige como un recordatorio de la responsabilidad compartida para garantizar un futuro más sostenible y equitativo.
