Un devastador incendio forestal en Pacific Palisades, Los Ángeles, California, ha obligado a más de 30.000 personas a abandonar sus hogares. El gobernador Gavin Newsom declaró el estado de emergencia mientras cientos de bomberos trabajan sin descanso para controlar las llamas que ya consumieron 1.170 hectáreas.
El Departamento de Bomberos del condado de Los Ángeles advirtió que el comportamiento extremo del fuego, con avistamientos de llamas a corto y largo alcance, está dificultando las tareas de contención. “El incendio de Palisades sigue desafiando nuestros esfuerzos”, señalaron en un comunicado.
La evacuación comenzó de manera caótica, con carreteras congestionadas que obligaron a muchas personas a huir a pie, cargando maletas o pertenencias personales. En Palisades Drive, un embotellamiento dificultó el paso de los vehículos de emergencia, lo que obligó a las autoridades a usar una excavadora para despejar el camino empujando autos abandonados.
Aunque las causas del incendio aún están bajo investigación, más de 13.000 estructuras permanecen en riesgo, y los daños materiales aún no han sido calculados. “Parece un infierno”, describió una residente al Los Angeles Times mientras dejaba su hogar.
Este siniestro ocurre menos de un año después de que el incendio Franklin devastara Malibú, consumiendo cientos de hectáreas en diciembre. Las condiciones climáticas secas y los fuertes vientos continúan siendo un desafío recurrente para el estado, afectado por incendios forestales cada vez más intensos.
