Este 9 de mayo se cumplen 13 años de la sanción de la Ley de Identidad de Género en Argentina, una norma pionera en el mundo que marcó un antes y un después en el reconocimiento y respeto de los derechos de las personas trans. Aprobada en 2012 por el Congreso Nacional, la Ley N° 26.743 garantiza que toda persona pueda ser reconocida por su identidad de género autopercibida y acceder a tratamientos de salud integrales sin necesidad de autorizaciones judiciales o diagnósticos médicos.
La ley establece que toda persona tiene derecho a que su nombre, imagen y sexo registral coincidan con su identidad de género, y que esta modificación se realice en el DNI y otros documentos personales a través de un trámite administrativo simple y gratuito. Además, reconoce el derecho al acceso a la salud integral, incluyendo tratamientos hormonales y cirugías, dentro del sistema público y las obras sociales, como parte del derecho a la salud.
Hasta su sanción, las personas trans en Argentina enfrentaban numerosos obstáculos legales, sociales y sanitarios para vivir de acuerdo con su identidad. La aprobación de esta ley representó un avance histórico en materia de derechos humanos y colocó a Argentina como referente global en el reconocimiento de las diversidades sexuales y de género.
En estos 13 años, más de 12.000 personas han accedido al cambio registral de su identidad y miles han podido iniciar tratamientos médicos en condiciones de respeto y cobertura plena. La norma también ha servido de marco para otras políticas públicas, como el decreto que establece un cupo laboral travesti-trans en el Estado y la inclusión de la “X” como marcador de género no binario en documentos oficiales.
Organizaciones de derechos humanos y colectivos LGBT+ destacan que, aunque aún persisten desafíos en la plena inclusión social y laboral de las personas trans, la Ley de Identidad de Género es una conquista que cambió vidas y abrió caminos de dignidad, visibilidad y derechos.
