La situación de Pablo Grillo, el fotógrafo gravemente herido durante la represión frente al Congreso de la Nación, sigue siendo crítica. Aunque su padre, Fabián Grillo, informó que ha experimentado una leve mejoría dentro de la gravedad del cuadro, el pronóstico sigue siendo reservado. En tanto, crece la indignación por el accionar de las fuerzas de seguridad y se multiplican las muestras de solidaridad con el reportero gráfico.
Pablo Grillo, de 35 años, fue herido el miércoles 12 de marzo mientras cubría la marcha por la recomposición de las jubilaciones. Durante la represión desatada por las fuerzas de seguridad nacionales, el fotógrafo recibió el impacto de un proyectil de gas lacrimógeno en la cabeza. Como consecuencia, sufrió politraumatismos de cráneo y pérdida de masa encefálica. Los médicos del Hospital Ramos Mejía lo operaron de urgencia esa misma noche y lograron reducir la presión intracraneal y reconstruir parte del tejido dañado. A pesar de estos avances, la condición de Grillo continúa siendo de extrema gravedad. “Entre muchas comillas, tuvo una leve mejoría”, declaró su padre a la radio AM750, aunque aclaró que su estado sigue siendo crítico.
Un informe del Mapa de la Policía confirmó que el proyectil que hirió a Grillo provino de un efectivo de la Gendarmería. El disparo fue realizado en línea recta, lo que indica una trayectoria homicida, similar a la utilizada en el asesinato del docente Carlos Fuentealba en 2007. Organismos de derechos humanos, como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), recordaron que el uso de pistolas lanza gases fue prohibido hace más de una década debido a su peligrosidad y potencial letalidad. Sin embargo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, las repuso en 2023 mediante su protocolo antipiquetes. La actuación de las fuerzas de seguridad ha sido ampliamente cuestionada por organizaciones sociales, periodistas y dirigentes políticos.
Desde que se conoció la gravedad de su estado, cientos de personas se acercaron al Hospital Ramos Mejía para donar sangre en su nombre. Además, la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) repudió la represión y convocó a una manifestación en solidaridad con Grillo. El jueves 13 de marzo, a las 16 horas, se realizó un “camarazo” en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís, el lugar donde Grillo fue herido. Decenas de fotógrafos, reporteros y manifestantes se reunieron para exigir justicia y reclamar la renuncia de la ministra Bullrich. Durante la protesta, se entonaron consignas como “Olé, olé, olé, como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar” y “Milei, basura, vos sos la dictadura”. También se realizó un homenaje en el que los asistentes respondían “¡Presente!” cada vez que se mencionaba el nombre de Pablo Grillo.
Las imágenes de la represión y la situación de Grillo generaron un fuerte impacto en la opinión pública. Distintos sectores políticos han exigido explicaciones y responsabilidades por parte del Gobierno. En los próximos días, organizaciones de derechos humanos y sindicatos periodísticos tienen previsto presentar denuncias en la Justicia para que se investigue el accionar de las fuerzas de seguridad y se determinen las responsabilidades en el ataque al fotógrafo. Mientras tanto, su familia, colegas y la comunidad periodística siguen de cerca la evolución de Pablo Grillo y continúan reclamando justicia por lo ocurrido.