Pablo Grillo, el fotógrafo herido durante la represión policial a la marcha de jubilados del 12 de marzo, fue dado de alta este martes por la mañana, luego de casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía.
Grillo fue alcanzado en la cabeza por una lata de gas lacrimógeno disparada por un oficial de Gendarmería durante la manifestación. Tras el impacto, fue diagnosticado con hidrocefalia y permaneció en estado crítico, atravesando seis intervenciones quirúrgicas.
Cerca de las 10, fue trasladado en camilla a otro centro de salud, acompañado por personal médico, colegas y militantes que celebraron su recuperación parcial. Ahora continuará con su rehabilitación en el Hospital Roca, donde se prevé un proceso largo. “No sabemos exactamente qué va a demandar, pero vamos a estar”, expresó su padre, Fabián, visiblemente emocionado.
Mientras avanza su recuperación, la familia y los organismos de derechos humanos reclaman justicia. La querella, integrada por la Liga Argentina por los Derechos Humanos y el CELS, solicita que el gendarme Héctor Guerrero, identificado como autor del disparo, sea imputado por tentativa de homicidio agravado y abuso de autoridad. Hasta el momento, el oficial no fue llamado a indagatoria.
