Un 2 de julio de 1992, unas 300 personas salieron a las calles del centro porteño para protagonizar la primera Marcha del Orgullo en Argentina. Bajo consignas por la visibilidad, el respeto y la igualdad, ese pequeño grupo —muchos con máscaras por temor a represalias— marcó un antes y un después en la historia del activismo LGBTIQ+ del país.
Hoy, 2 de julio de 2025, se cumplen 33 años de aquella jornada histórica, organizada por militantes de Gays por los Derechos Civiles y otras agrupaciones que venían trabajando desde los años ’80. El recorrido fue desde Plaza de Mayo hasta el Congreso, con carteles que reclamaban el fin de la discriminación y el reconocimiento legal de las identidades disidentes.
En aquel entonces, el contexto era adverso: regía el Código de Faltas que permitía a la Policía detener personas por “vestimenta indebida”, y la homosexualidad era aún fuertemente estigmatizada en lo social, lo médico y lo político. Por eso, muchas de las personas que participaron usaron antifaces para resguardar su identidad.
Con el paso de los años, la Marcha del Orgullo creció en convocatoria y visibilidad, convirtiéndose en una de las movilizaciones más masivas y coloridas del país. Logró visibilizar reclamos como el matrimonio igualitario, la identidad de género, el cupo laboral travesti-trans y, en la actualidad, sigue siendo una herramienta de lucha frente a los discursos de odio y retrocesos en materia de derechos.
Este aniversario invita a recordar a quienes abrieron camino en un contexto hostil, y a renovar el compromiso por una sociedad más justa, libre e igualitaria.