La negativa del Museo Histórico Nacional a prestar el sable corvo de José de San Martín para un evento del 25 de Mayo protagonizado por el presidente JavierMilei, destapó una controversia que pone en relieve la tensión entre el patrimonio histórico nacional y las acciones del gobierno actual. La propuesta, que incluía al presidente disfrazado de granadero, fue considerada por muchos como una profana y ridícula instrumentalización de un símbolo sagrado de la soberanía argentina.
El sable, donado al museo con la condición expresa de ser exhibido únicamente allí, representa para muchos argentinos la lucha por la independencia y la defensa de la soberanía nacional frente a las potencias imperiales. Su uso en un evento con el presidente, descrito como entreguista y cipayo por la oposición, se consideró una grave falta de respeto a la memoria de San Martín y a los valores que este representa.
La decisión del museo de negar el préstamo se basa en las condiciones de la donación y en las normativas de ética pública y patrimonio. Esta postura se contrapone a la del presidente, quien aparentemente buscaba utilizar el sable como un elemento escenográfico en una performance que, según críticos, se alinea con su discurso de integración a la OTAN y abandono del reclamo de Malvinas.
La controversia se extiende a la disputa por la custodia del sable entre el museo y el Regimiento de Granaderos a Caballo, así como a la presunta expulsión del director del MHN, Gabriel Di Meglio, quien se opuso a las pretensiones presidenciales y a las políticas de ajuste presupuestario del gobierno.
Fuente: Página 12